La etapa entre los 3 y 5 años es fundamental para desarrollar habilidades que facilitarán la lectura en los primeros años escolares. Durante este periodo, los niños comienzan a trabajar la conciencia fonológica, amplían su vocabulario y despiertan su interés por los libros, elementos clave para convertirse en lectores competentes.

¿Por qué es importante prepararlos para la lectura?

Antes de aprender a leer, los niños deben desarrollar habilidades esenciales como:

• Conciencia fonológica (reconocimiento de sonidos).
• Vocabulario.
• Motricidad fina (para sostener libros y pasar páginas).
• Amor por los cuentos y las historias.

Actividades divertidas para fomentar la lectura

1. Conversaciones significativas

Hablar con los niños es clave. Comentar lo que ven, sienten o imaginan enriquece su vocabulario y su comprensión del lenguaje.

Ejemplo:
Durante un paseo, pregúntale: "¡Mira ese perro! ¿De qué color es? ¿Qué crees que está haciendo?"

2. Juegos con sonidos

• Rimas simples: Inventa rimas con palabras cotidianas ("gato-zapato").
• Sonidos de animales: Relaciona sonidos con letras ("La vaca hace 'muu'... ¿escuchas la 'm'?").

3. Cuentos interactivos (Lectura en voz alta diaria)

• Lean juntos, señalando las imágenes.
• Haz preguntas sencillas: "¿Qué crees que pasará después?".
• Representen partes de la historia con gestos o actuaciones.

4. Reconocimiento de letras (Letras en el entorno)

Los niños disfrutan descubriendo letras en carteles, envases o ropa. Señálalas, nómbralas y asócialas con sus sonidos, sin presionarlos a memorizar.

Ideas:

• Caza de letras: Busquen letras en etiquetas durante las salidas.
• Letras con plastilina: Moldeen las formas de las letras.

5. Canciones y poemas

Las canciones infantiles con rimas y repeticiones son ideales para desarrollar conciencia fonológica. Además, refuerzan estructuras y vocabulario de manera divertida.

6. Juegos de palabras

• Palabras que empiezan igual: "mamá, mano, mesa...".
• Separar sílabas aplaudiendo: "pe-lo-ta" (3 palmadas).

Consejos adicionales

• Sé paciente: Cada niño tiene su propio ritmo.
• Hazlo divertido: Si se siente como un juego, aprenderán con entusiasmo.
• Lee todos los días: Basta con 10-15 minutos.
• Da el ejemplo: Deja que te vean disfrutar de la lectura.

Preparar a los niños para la lectura no significa enseñarles a leer antes de tiempo, sino brindarles experiencias enriquecedoras a través del lenguaje, el afecto y la exploración. Cada conversación, cuento o canción es una semilla que, con tu ayuda, florecerá en una nueva generación de lectores.